Educativas
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Educativas
Así es el mejor sistema educativo del mundo
Los finlandeses casi no tienen tareas ni exámenes, todo se basa en la confianza; el ambiente procura ser relajado en las escuelas y no cualquiera es maestro
GUADALAJARA, JALISCO (11/NOV/2012).-Finlandia podría ser definida como el laboratorio para la educación y el desarrollo de habilidades que exige el siglo XXI. Su fórmula es completamente innovadora, pues aunque los estudiantes aprovechan mejor el tiempo de clases, hacen muy pocas tareas y rara vez tienen exámenes, el país nórdico se ha colocado como un referente internacional por los sorprendentes resultados de su sistema educativo.
Desde el año 2000, cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) comenzó a elaborar el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes —PISA por sus siglas en inglés— la educación finlandesa ha acaparado sistemáticamente las primeras posiciones. Asimismo, este país ha sido considerado como el mejor del mundo en cuestiones educativas por la Organización de las Naciones Unidas, así como por prácticamente todos los estándares internacionales.
Esta historia es aún más sugestiva cuando se considera que al concluir la Segunda Guerra Mundial, Finlandia era una devastada sociedad agraria con tremendas penurias económicas. La transformación del país se atribuye principalmente a su inversión en materia educativa, pues a partir de la década de los sesenta, los finlandeses se enfocaron en el desarrollo de conocim iento y habilidades que elevaran los niveles de productividad y el crecimiento económico. Actualmente, la principal industria en este país es la manufactura de electrónicos. Además, Finlandia tiene más investigadores per cápita que cualquier otro país en el mundo y está entre las cinco naciones líderes en innovación, competitividad internacional y emprendurismo.
El éxito de dicho modelo ha despertado el interés de políticos, académicos e investigadores alrededor del mundo. Con el objetivo de entender a profundidad cómo funciona el proceso educativo de este país nórdico, el productor estadounidense Bob Compton, en conjunto con el investigador de la Universidad de Harvard, Tony Wanger, realizaron el documental titulado El fenómeno finlandés: El mejor sistema educativo del mundo. En éste, Wanger se introduce en las aulas de varias escuelas finlandesas y entrevista a directivos, maestros, alumnos y padres de familia.
Aunque la producción contrasta la situación de la educación en Estados Unidos con respecto a la de Finlandia, en México ha motivado críticas y sátiras plasmadas en las redes sociales, pues al hacer un comparativo entre el modelo nórdico y el mexicano, el escenario nacional deja demasiado que desear. El sindicato y su polémica lideresa, la poca preparación de los maestros y los decepcionantes resultados en pruebas nacionales e internacionales fueron algunos de los elementos más recurrentes en los reproches virtuales.
Las mentes jóvenes
Los finlandeses tienen claro que la educación es la llave para el desarrollo de un país, y por tanto, debe ser considerada como una prioridad en todos los niveles. Políticos, directores y maestros han comprendido que el recurso más valioso que posee el país es precisamente el desarrollo de las mentes jóvenes. En esta misma línea de ideas, la política educativa del país está orientada en aportar herramientas efectivas que permitan a su población competir internacionalmente. Todo parece indicar que un futuro próximo los profesionistas mejor preparados del mundo estarán en Finlandia.
La educación en este país europeo se ofrece a todos por igual sin importar sus antecedentes y es gratuita hasta entrar a la universidad. Además de las clases, los alumnos también reciben de manera gratuita la comida que se les ofrece la escuela, los libros y el material escolar.
Los niños finlandeses van por primera vez al colegio a los siete años de edad y son pocos los que acuden a una guardería antes de esto. Durante los primeros seis años de la primaria tienen al mismo maestro en todas o en la gran mayoría de las materias, pues esto contribuye a la estabilidad emocional del pequeño estudiante. Asimismo, durante los primeros años no hay calificaciones numéricas y se evita la comparación entre los alumnos. Prácticamente no se aplican exámenes hasta la preparatoria y los estudiantes dedican cuando mucho tres horas a la semana a sus tareas fuera de aulas.
El documental busca entender el sistema educativo desde la perspectiva de los estudiantes. El ambiente en una escuela finlandesa es completamente relajado, los alumnos se refieren a sus maestros por su primer nombre y el tamaño de los grupos es reducido para fortalecer las relaciones y hacer el aprendizaje más personal. Es importante destacar que no hay un concepto de “grupo” como tal, sino que los profesores acompañan el proceso de aprendizaje individual de cada alumno. Lo anterior da posibilidad de asistir debidamente a aquellos alumnos que tienen problemas de aprendizaje. Además, se busca que el proceso educativo sea práctico y dinámico. Por tanto, muchas escuelas han incluido un sistema vocacional en la preparatoria que permite a los alumnos adquirir las habilidades requeridas para obtener un trabajo calificado.
Los maestros, el secreto
Tony Wanger pone énfasis en lo que muchos consideran como el secreto del éxito de la educación en Finlandia: los maestros. Impartir clases en este país nórdico es un gran honor, reconocido socialmente, producto del esfuerzo y de la preparación. Se dice que las pruebas más difíciles a nivel nacional son aquellas que hay que superar para ser acreditado como docente. Para ejercer esta profesión, se deben estudiar tres años de carrera más dos de maestría. Además, se debe haber obtenido una calificación superior a 90% en el promedio de bachillerato y demostrar habilidades sociales y pedagógicas, pues los expertos no necesariamente saben cómo conducir el proceso de enseñanza.
Los mejores maestros imparten clases en los primeros años de enseñanza, pues es entonces cuando se aprenden los conceptos básicos que estructurarán la vida futura del estudiante. En realidad, ser maestro de primaria en Finlandia es considerado como uno de los máximos honores nacionales.
Dada la meticulosa selección de los docentes, éstos tienen mucha libertad en cuanto al programa que imparten. Aunque existen ciertos lineamientos, son muy pocas las reglas curriculares y muy alta la flexibilidad del programa académico frente al criterio del maestro. De este modo, los docentes se convierten en facilitadores del conocimiento, enseñan a los estudiantes a pensar e innovar, en vez de memorizar y repetir. La filosofía del sistema se basa en hacer entender a los estudiantes que si aprenden tendrán retribuciones en la vida, y por tanto es una decisión personal; en ningún momento se concibe como una obligación.
Finlandia se ubica entre los cinco países menos corruptos del mundo y este sentido de comunidad y transparencia permea en su sistema educativo. La producción documental hace evidente que el sistema finlandés se fundamenta en la absoluta confianza entre sus componentes. El Ministerio de Educación confía en los gobiernos locales, quienes a su vez confían en los directivos. Éstos depositan su confianza en los maestros, que finalmente confían en los alumnos. Los finlandeses están convencidos de que al depositar la confianza en una persona, ésta se desempeñará mejor pues se siente verdaderamente tomada en cuenta.
Como consecuencia natural, los padres de familia confían plenamente en el sistema de educación, y aunque en ningún momento presionan a sus hijos, se hacen presentes en su proceso educativo; están conscientes de que son los primeros responsables en la formación de los jóvenes.
El mecanismo realmente funciona, pues además de obtener sobresalientes resultados en pruebas académicas, el país nórdico ha obtenido la primera posición en el Índice de Adelanto Tecnológico de las Naciones Unidas y el segundo lugar en el Índice de Economías del Conocimiento del Banco Mundial. Aunque es contundente la excelencia de su sistema educativo, los finlandeses consideran que aún hay muchos aspectos por perfeccionar. Se han fijado una serie de metas rumbo al 2020 con el objetivo de hacer el aprendizaje todavía más práctico y desarrollar en los jóvenes mejores habilidades de pensamiento.
La brecha entre el sistema de educación finlandés y el mexicano es enorme. Con un promedio de escolaridad de 8.5 años es evidente que la educación en México está muy por debajo de los estándares internacionales. Aunque el sistema educativo mexicano padece graves problemáticas, la ciudadanía debe asumir la educación como una prioridad impostergable, pues sólo así el país logrará apuntalar un futuro prospero en este siglo caracterizado por la innovación y el conocimiento.
TRISTE REALIDAD
De acuerdo con datos de la OCDE, en 2010, el 50% de los estudiantes mexicanos de 15 años no contaban con habilidades mínimas de comprensión lectora o matemáticas básicas.
En los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) 2009, en la que participaron 65 países, México se ubicó en compresión lectora en el lugar 48, en nivel de matemáticas, la posición fue la 50.
PISA es una prueba desarrollada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Desde 1997, PISA se aplica cada tres años a jóvenes de 15 y 16 años, en más de 60 países del mundo. La evaluación cubre las áreas de lectura, matemáticas y ciencias y cada año de aplicación, la prueba se concentra en alguna de las tres competencias evaluadas. En 2009, el énfasis se centró en la lectura.
La OCDE considera que estar en los niveles que México obtuvo en lectura en 2009 significa que al terminar la secundaria o cursar el primer año del bachillerato los estudiantes apenas reconocen en un texto ideas sencillas. En este mismo informe, dentro de los miembros de la OCDE, organización a la que México pertenece, nuestro país está en el último lugar en educación. Ostenta la posición 30 de 30.
En tanto, en el Informe de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF) 2012-2013, México ocupa el lugar 118 de 144 en lo respectivo a la calidad de la educación Primaria, en Secundaria tiene el lugar 124 de 144 por lo que toca a matemáticas y ciencias.
En los resultados de PISA 2006, que se enfocó en la ciencia, en los que Finlandia ocupó el primer puesto, México fue el último de los 30 países de la OCDE con 410 puntos, por detrás incluso de Turquía (424) y Grecia (473), y también por debajo de Chile (438) y Uruguay (428). En ese momento se estableció que las diferencias por nivel de conocimiento en ciencias entre los alumnos finlandeses de 15 años y los mexicanos de esa misma edad, primeros y últimos en la clasificación de la OCDE, equivalen a cuatro años de formación educativa.
El informe “Panorama educativo 2012” preparado por la OCDE señala que México es el único país en el que tener educación superior no necesariamente se traduce en una oportunidad para obtener un empleo mejor. El reporte también señaló que los jóvenes que no estudian ni trabajan, conocidos como nini, aumentaron, por lo que México ratificó su tercer lugar entre los países miembros del organismo, al tener el mayor número de la población joven en esa condición.
Desde el año 2000, cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) comenzó a elaborar el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes —PISA por sus siglas en inglés— la educación finlandesa ha acaparado sistemáticamente las primeras posiciones. Asimismo, este país ha sido considerado como el mejor del mundo en cuestiones educativas por la Organización de las Naciones Unidas, así como por prácticamente todos los estándares internacionales.
Las mentes jóvenes
Los finlandeses tienen claro que la educación es la llave para el desarrollo de un país, y por tanto, debe ser considerada como una prioridad en todos los niveles. Políticos, directores y maestros han comprendido que el recurso más valioso que posee el país es precisamente el desarrollo de las mentes jóvenes. En esta misma línea de ideas, la política educativa del país está orientada en aportar herramientas efectivas que permitan a su población competir internacionalmente. Todo parece indicar que un futuro próximo los profesionistas mejor preparados del mundo estarán en Finlandia.
La educación en este país europeo se ofrece a todos por igual sin importar sus antecedentes y es gratuita hasta entrar a la universidad. Además de las clases, los alumnos también reciben de manera gratuita la comida que se les ofrece la escuela, los libros y el material escolar.
Los niños finlandeses van por primera vez al colegio a los siete años de edad y son pocos los que acuden a una guardería antes de esto. Durante los primeros seis años de la primaria tienen al mismo maestro en todas o en la gran mayoría de las materias, pues esto contribuye a la estabilidad emocional del pequeño estudiante. Asimismo, durante los primeros años no hay calificaciones numéricas y se evita la comparación entre los alumnos. Prácticamente no se aplican exámenes hasta la preparatoria y los estudiantes dedican cuando mucho tres horas a la semana a sus tareas fuera de aulas.
El documental busca entender el sistema educativo desde la perspectiva de los estudiantes. El ambiente en una escuela finlandesa es completamente relajado, los alumnos se refieren a sus maestros por su primer nombre y el tamaño de los grupos es reducido para fortalecer las relaciones y hacer el aprendizaje más personal. Es importante destacar que no hay un concepto de “grupo” como tal, sino que los profesores acompañan el proceso de aprendizaje individual de cada alumno. Lo anterior da posibilidad de asistir debidamente a aquellos alumnos que tienen problemas de aprendizaje. Además, se busca que el proceso educativo sea práctico y dinámico. Por tanto, muchas escuelas han incluido un sistema vocacional en la preparatoria que permite a los alumnos adquirir las habilidades requeridas para obtener un trabajo calificado.
Los maestros, el secreto
Tony Wanger pone énfasis en lo que muchos consideran como el secreto del éxito de la educación en Finlandia: los maestros. Impartir clases en este país nórdico es un gran honor, reconocido socialmente, producto del esfuerzo y de la preparación. Se dice que las pruebas más difíciles a nivel nacional son aquellas que hay que superar para ser acreditado como docente. Para ejercer esta profesión, se deben estudiar tres años de carrera más dos de maestría. Además, se debe haber obtenido una calificación superior a 90% en el promedio de bachillerato y demostrar habilidades sociales y pedagógicas, pues los expertos no necesariamente saben cómo conducir el proceso de enseñanza.
Los mejores maestros imparten clases en los primeros años de enseñanza, pues es entonces cuando se aprenden los conceptos básicos que estructurarán la vida futura del estudiante. En realidad, ser maestro de primaria en Finlandia es considerado como uno de los máximos honores nacionales.
Dada la meticulosa selección de los docentes, éstos tienen mucha libertad en cuanto al programa que imparten. Aunque existen ciertos lineamientos, son muy pocas las reglas curriculares y muy alta la flexibilidad del programa académico frente al criterio del maestro. De este modo, los docentes se convierten en facilitadores del conocimiento, enseñan a los estudiantes a pensar e innovar, en vez de memorizar y repetir. La filosofía del sistema se basa en hacer entender a los estudiantes que si aprenden tendrán retribuciones en la vida, y por tanto es una decisión personal; en ningún momento se concibe como una obligación.
Finlandia se ubica entre los cinco países menos corruptos del mundo y este sentido de comunidad y transparencia permea en su sistema educativo. La producción documental hace evidente que el sistema finlandés se fundamenta en la absoluta confianza entre sus componentes. El Ministerio de Educación confía en los gobiernos locales, quienes a su vez confían en los directivos. Éstos depositan su confianza en los maestros, que finalmente confían en los alumnos. Los finlandeses están convencidos de que al depositar la confianza en una persona, ésta se desempeñará mejor pues se siente verdaderamente tomada en cuenta.
Como consecuencia natural, los padres de familia confían plenamente en el sistema de educación, y aunque en ningún momento presionan a sus hijos, se hacen presentes en su proceso educativo; están conscientes de que son los primeros responsables en la formación de los jóvenes.
El mecanismo realmente funciona, pues además de obtener sobresalientes resultados en pruebas académicas, el país nórdico ha obtenido la primera posición en el Índice de Adelanto Tecnológico de las Naciones Unidas y el segundo lugar en el Índice de Economías del Conocimiento del Banco Mundial. Aunque es contundente la excelencia de su sistema educativo, los finlandeses consideran que aún hay muchos aspectos por perfeccionar. Se han fijado una serie de metas rumbo al 2020 con el objetivo de hacer el aprendizaje todavía más práctico y desarrollar en los jóvenes mejores habilidades de pensamiento.
La brecha entre el sistema de educación finlandés y el mexicano es enorme. Con un promedio de escolaridad de 8.5 años es evidente que la educación en México está muy por debajo de los estándares internacionales. Aunque el sistema educativo mexicano padece graves problemáticas, la ciudadanía debe asumir la educación como una prioridad impostergable, pues sólo así el país logrará apuntalar un futuro prospero en este siglo caracterizado por la innovación y el conocimiento.
TRISTE REALIDAD
De acuerdo con datos de la OCDE, en 2010, el 50% de los estudiantes mexicanos de 15 años no contaban con habilidades mínimas de comprensión lectora o matemáticas básicas.
En los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) 2009, en la que participaron 65 países, México se ubicó en compresión lectora en el lugar 48, en nivel de matemáticas, la posición fue la 50.
PISA es una prueba desarrollada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Desde 1997, PISA se aplica cada tres años a jóvenes de 15 y 16 años, en más de 60 países del mundo. La evaluación cubre las áreas de lectura, matemáticas y ciencias y cada año de aplicación, la prueba se concentra en alguna de las tres competencias evaluadas. En 2009, el énfasis se centró en la lectura.
La OCDE considera que estar en los niveles que México obtuvo en lectura en 2009 significa que al terminar la secundaria o cursar el primer año del bachillerato los estudiantes apenas reconocen en un texto ideas sencillas. En este mismo informe, dentro de los miembros de la OCDE, organización a la que México pertenece, nuestro país está en el último lugar en educación. Ostenta la posición 30 de 30.
En tanto, en el Informe de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF) 2012-2013, México ocupa el lugar 118 de 144 en lo respectivo a la calidad de la educación Primaria, en Secundaria tiene el lugar 124 de 144 por lo que toca a matemáticas y ciencias.
En los resultados de PISA 2006, que se enfocó en la ciencia, en los que Finlandia ocupó el primer puesto, México fue el último de los 30 países de la OCDE con 410 puntos, por detrás incluso de Turquía (424) y Grecia (473), y también por debajo de Chile (438) y Uruguay (428). En ese momento se estableció que las diferencias por nivel de conocimiento en ciencias entre los alumnos finlandeses de 15 años y los mexicanos de esa misma edad, primeros y últimos en la clasificación de la OCDE, equivalen a cuatro años de formación educativa.
El informe “Panorama educativo 2012” preparado por la OCDE señala que México es el único país en el que tener educación superior no necesariamente se traduce en una oportunidad para obtener un empleo mejor. El reporte también señaló que los jóvenes que no estudian ni trabajan, conocidos como nini, aumentaron, por lo que México ratificó su tercer lugar entre los países miembros del organismo, al tener el mayor número de la población joven en esa condición.
Pubvlicado por: https://www.informador.com.mx
Educativas
Los adolescentes usan pocos libros y más Internet para estudiar
18.11.2012 15:46
POR GISELE SOUSA DIAS
Acceden a información dudosa. Según un ranking mundial, los argentinos aparecen debajo de la media en lectura de libros y entre los que más usan la Web.
Si los adultos usamos Internet para informarnos, para trabajar y hasta para auto...